Málaga, capital pionera en el ADN Canino

Málaga es la pionera de las grandes ciudades españolas en implantar el ADN canino, un sistema censal que utiliza la huella genética de los perros para generar su carné de identidad. Este DNI perruno permite a las autoridades identificar a los animales en caso de pérdida o abandono (también si les extraen el microchip), así como seguir el rastro de los excrementos no recogidos de la vía pública hasta la casa de sus mismísimos dueños facilitando una mayor limpieza de las calles. En nuestra última visita a la ciudad pudimos comprobar que el sistema funciona (estuvimos cinco días recorriendo el centro de la ciudad y no encontramos prácticamente excrementos), así que hemos hablado con el ayuntamiento para que nos haga un balance.

Pipper buscando al dueño de las cacas abandonadas en un parque.

Pipper buscando al dueño de las cacas abandonadas en un parque.

Por ELENA DELGADO CASTRO

Cuando los responsables del Ayuntamiento de Málaga conocieron este sistema quisieron incluirlo entre las medidas del consistorio contra el abandono animal. “Teníamos una alta tasa de abandono de perros y las campañas de concienciación no eran suficientes para atajar el problema, por eso apostamos por la identificación del ADN”, explica Luis Medina, director General de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la ciudad. El DNI genético funciona en Málaga desde el año 2018 y es obligatorio que los dueños de las mascotas acudan a su veterinario para el análisis sanguíneo y posterior censo. 

El resultado del sistema es más que positivo: de enero a noviembre de 2019 las cifras de abandono han disminuido en Málaga un 40% respecto al mismo periodo de 2018. “Solo el abandono de perros en los centros zoosanitarios se ha reducido un 38,6%”, a lo que suma también los de la calle. La reflexión de Luis Medina es que aunque no se pueda imputar este éxito exclusivamente al sistema de registro por ADN, es la primera vez que se han obtenido unos datos tan buenos y, por tanto, “no cabe duda de que ha influido enormemente”.

CACAS DE PERRO EN LA CALLE, UNA PESADILLA EN CUALQUIER CIUDAD

La segunda razón para implantar el censo por ADN en Málaga era mejorar la limpieza viaria de excrementos caninos. Este problema se ha convertido en una pesadilla para la mayoría de los ayuntamientos de España. Campañas informativas, mayor vigilancia de la Policía Municipal, más presupuesto para limpieza… Nada parece funcionar y los ciudadanos se quejan constantemente a sus responsables políticos por la presencia de heces en la vía pública y la impunidad de los dueños incivilizados.  

El hecho de tener registrados a los perros con su huella genética permite al Ayuntamiento -a través de una empresa y en coordinación con la Policía Municipal- seguir la pista de los excrementos y localizar a los dueños, a quienes se les impone la consiguiente multa. El primer año de implantación el sistema tuvo sus luces y sus sombras: se impusieron 57 sanciones.

EN 2019 SE HAN DUPLICADO LAS SANCIONES

En 2019 ha mejorado la limpieza de algunos barrios y se han incrementado las multas: con la adjudicación del nuevo contrato a la empresa ADN Canino, el procedimiento de análisis de las heces ha mejorado mucho y las sanciones, hasta el mes de octubre, han sido de 101.

En opinión de Medina, no solo se ha afinado en los procesos de recogida de muestras y análisis, sino que los malagueños han entendido que el censo es obligatorio, y por tanto, han aumentado los perros registrados. Ya hay 32.750 pero no son todos los que están, como reconoce el director general, quien estima que alrededor de un 20 por ciento de los perros que viven en Málaga aún no han pasado por el veterinario para la identificación de su huella genética. El responsable del área confía en que la cifra se vaya corrigiendo, entre otras cosas gracias a la extracción del ADN por la saliva, a partir de 2020.