Bárcena Mayor con perro

En septiembre de 2020 volvimos a Cantabria para buscar sitios para ir con perro y visitamos Bárcena Mayor, uno de los pueblos más bonitos de España. Allí saboreamos el silencio que se escucha en su privilegiado entorno, el parque natural Saja-Besaya. Además, nos acercamos al bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal, Liencres, la Fuentona de Ruente... Aquí te contamos lo que vimos. Y recuerda que tienes más lugares que admiten perros en Cantabria en este enlace.

No deja de maravillarnos la cantidad de espacios naturales que tiene España y Cantabria no decepciona. Parece que da igual a dónde te dirijas porque siempre hay un lugar que te sorprende en esta región de extensas praderas teñidas de un verde intenso, y con un litoral envidiable.

La posada Sierra de Ibio.

Jumping recibe a los perros en el alojamiento.

Se aceptan perros en el desayuno.

La posada dog friendly es espectacular.

Con lo diminuto que es Bárcena Mayor y las limitaciones del coronavirus, no encontramos alojamiento dog friendly en el pueblo, así que buscamos un hotel con encanto en una zona estratégica de Cantabria que nos permitiera visitar diversos lugares sin grandes desplazamientos: Nuestra elección fue la Posada Sierra de Ibio (en el pueblo de Sierra de Ibio, a diez minutos de Cabezón de la Sal). Aunque para mí, el encanto es que admita perros, Pablo es mucho más exigente. Busca un alojamiento súper dog driendly, pero también la comodidad, que sea acogedor, que tenga gusto, que el trato sea bueno y, sobre todo, que ofrezca un exquisito desayuno casero. Pues todo esto reúne la encantadora Posada Sierra de Ibio. Dispuesta a modo de pequeño poblado, con tres casonas que dan a un gran jardín.

Los edificios que conforman este hotel rural, que está decorado con un gusto rústico exquisito, respetan la arquitectura tradicional cántabra. Al llegar, nos recibe un simpático anfitrión canino, Jumping, que me cayó la mar de bien. Además, el trato por parte de Jordi, Oscar y todo su equipo es excelente.

De las nueve habitaciones, a cada cual más chula, dos están preparadas para recibir huéspedes con perros. La principal norma es que debemos ir atados. Ni qué decir tiene que a cualquier sitio que vayas con tu mascota debes encargarte de recoger sus excrementos, y aquí también. ¡Que tengan un jardín guay por el que pasear atado no significa que sea para dejar las cacas por ahí tiradas!

Las condiciones del alojamiento no ponen límite al tamaño de los perros, siempre que estén educados, aunque ha de hacerse reserva previa para confirmar disponibilidad. No nos permiten estar solos en la habitación, pero sí desayunar con nuestra familia en el porche cerrado que tiene la posada. ¡Qué bien, y qué caras de felicidad ponen, con esos desayunos increíbles!: bizcocho casero, mermeladas hechas por Óscar, tostadas de pueblo… Mmmmh. Las tarifas que se aplican a los perretes oscilan entre los 10 euros los pequeños, 15 euros los medianos, y 20 los perros más grandes, cada noche. Si son estancias de varios días suelen aplicar un descuento.

Perro en las calles de Bárcena Mayor.

Pipper en el puente de Bárcena Mayor.

Puente sobre el río Saja.

Lavadero del pueblo.

UNO DE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA

Desde nuestro campamento base hicimos varias excursiones por la zona. La principal fue Bárcena Mayor a 40 minutos en coche de la Posada de Ibio. Hay que adentrarse en la montaña cántabra para llegar a este pequeño pueblo, considerado como uno de los más bonitos de España.

La aldea es verdaderamente, encantadora, y se puede pasear con perro por ella disfrutando de la típica arquitectura de la montaña cántabra y también del silencio que rompen las aguas del río Argonza, o del olor a cocido montañés, para mí de lo más embriagador. Qué os voy a contar… ¡soy un perro! Bárcena Mayor es conjunto Conjunto Histórico - Artístico. Podéis visitar (yo no) la iglesia de Santa María, del siglo XVII, las antiguas casas rectorales y contemplar las solanas y soportales con arquerías, tan típicos de la zona.

Este pueblo se encuentra en el Parque Natural Saja-Besaya, al que los perros podemos entrar (se recomienda que atados). El parque ofrece una decena de “menús” para “degustar” el lugar a través de otras tantas rutas. Y para recuperar las energías perdidas, una buena opción es hacerlo en Bárcena Mayor, en la terraza que el Mesón Río Argonza tiene con vistas al propio cauce fluvial y el pequeño puente que lo salva.

BOSQUE SE SECUOYAS DE CABEZÓN DE LA SAL

Otro lugar para visitar con perro en Cantabria al que fuimos es el bosque de secuoyas del Monte Cabeza, en Cabezón de la Sal, un espectacular conjunto arbóreo de unos 800 ejemplares de 40 metros de altura a diez minutos de la posada. Plantado en los años 40 del siglo XX, fue declarado Monumento Natural en 2003 y recibe la visita de muchos curiosos, atraídos por estos gigantes vegetales que recuerdan a sus primos norteamericanos, aunque no son tan enormes. Eso sí, sus troncos son igualmente inabarcables. Observé cómo la gente trataba de abrazarlos. El bosque se puede recorrer en unos 45 minutos y hay algunos senderos. Por cierto, como había unos cuantos perros visitando el bosque de secuoyas confraternicé con algunos colegas, como Nekora o Urko (los perros debemos ir atados en este monumento natural).

Pipper entre las secuoyas de Cabezón de la Sal.

Bosque de Secuoyas de Cantabria.

La fuentona de Ruente está cerca de la posada Sierra de Ibio.

Atardecer en Liencres.

MONTE CORONA Y FUENTONA DE RUENTE

Muy cerca del bosque de secuoyas está el Monte Corona, donde está enclavada la Ermita de San Esteban, desde la que se divisa el litoral y, si el día está despejado, hasta los Picos de Europa. Merece la pena una visita, también al castañar que hay junto a la ermita. Mira que es divertido corretear entre las primeras hojas y castañas caídas por la inminente llegada del otoño, que ya va dando señales de su llegada.

También muy próxima a la posada (a diez minutos en coche) encontramos la Fuentona de Ruente. Es una especie de parque enclavado en un bello paraje, en donde está el nacimiento del arroyo de la Fuentona, en una cueva bajo una pared de roca caliza. Es de lo más curioso, ya que fluye de manera intermitente. El curso del arroyo está acompañado de un camino empedrado que permite disfrutar de la hermosa estampa de la arboleda. Y hasta aquí nuestro último viaje por Cantabria. ¡Seguimos en ruta!