K9 de CREIXeLL: PERROS NACIDOS PARA EL RESCATE
K9 de Creixell es una ONG con vocación de entrega. Nació hace 25 años con perros que buscan a personas en terremotos y catástrofes naturales. Su creador, Pedro Frutos, nos cuenta el cómo y el porqué de este grupo de rescatistas, los sinsabores y las alegrías del trabajo con estos animales “admirables”.
Por ELENA DELGADO CASTRO
Pedro Frutos es de esos que se restan importancia cuando hablan de su vida, que básicamente ha consistido en entregarla para salvar la de otros. Este samboyano afincado en Creixell es el creador de la ONG de rescate canino K9. Lo suyo siempre ha sido el trabajo con perros. Le fascinan y siente admiración infinita por ellos. Estando en Protección Civil en Tarragona ya entrenaba con el suyo y se formaba en el País Vasco y Madrid, costeándose todos los gastos para aprender más. Porque su ilusión, como la de tantos otros, era ser útil en terremotos y catástrofes. “En Protección Civil nunca conseguíamos salir y aunque nos preparábamos, por unos motivos u otros -por no citar la burocracia- siempre acabábamos en tierra”.
Así fue como creó la Unidad Canina de Rescate y Salvamento de Creixell, una ONG que le permitió empezar a tomar contacto con este tipo de catástrofes naturales, y así también conocer a otras personas con su misma inquietud, con el mismo conocimiento y la misma idea: ayudar a rescates en terremotos. Siguió la formación en Estados Unidos y Reino Unido, “siempre con los mejores”, no importaba el idioma, no saber inglés, “cuando tienes las cosas claras, lo consigues”. Y creció en sabiduría y experiencia.
LOS SEIS MEJORES PERROS VIAJAN DONDE SEA CUANDO OCURRE UNA DESGRACIA
Ahora K9 de Creixell está presente en Portugal, Brasil, Argentina y Chile y cuando ocurre una desgracia en cualquier lugar del mundo, los seis mejores del grupo salen para allá. “Cada año entrenamos juntos en un país, nos pagamos el viaje para entrenar y decidir quiénes son los seis mejores que irán a un terremoto, cuáles están en la mejor forma y tienen los perros más preparados”.
Los suyos se llaman Kiwi y Grey. Kiwi es un labrador chocolate de cinco años mientras Grey, un pastor alemán de trabajo, apenas tiene 18 meses. Pedro tuvo que esperar dos años para adquirir este ejemplar a un criador en Alemania. “Son los mejores perros de trabajo del mundo”, asegura. Con ellos entrena a diario, sin fines de semana ni fiestas de guardar -excepto el día de Navidad-. “Los perros de rescate son atletas olímpicos, con la diferencia de que en nuestro caso nunca sabemos cuándo tendremos que llevarlos a competir”, y por ello han de estar en la mejor forma posible. Cuando habla de estos perros, Pedro anima su tono de voz: “Son admirables, especiales. Viven para trabajar, con intensidad, con una fortaleza increíble. Estarían trabajando hasta morir”. En los terremotos cuidan especialmente de ellos, les hidratan a menudo y les obligan a descansar, para que no sean ellos quienes pierdan la vida.
En los 25 años que lleva dedicado a esto, ha acudido con la ONG K9 de Creixell a 18 terremotos en países como Pakistán, India, Ecuador, México, Filipinas, Brasil, India, Ecuador, Argelia, Marruecos, Túnez, Italia, Chile… así como a búsqueda de personas desaparecidas en Cataluña, donde han realizado más de 600 rescates.
DINGONATURA ALIMENTA A LOS PERROS Y LA UNIVERSIDAD ROVIRA I VIRGILI COSTEA LOS VIAJES
Escribimos estas líneas durante la pandemia del coronavirus y ante la pregunta de si, en esta penosa situación, saldría al rescate en caso de una desgracia natural, Pedro Frutos no se lo piensa dos veces: “No lo dudaría, si las autoridades nos dieran permiso para viajar, me iría ahora mismo”. Por eso, por su carácter solidario, esta ONG ha movido algunos de sus contactos en China, y ha conseguido importar varios cientos de mascarillas para los centros de salud de Creixell y alguna otra localidad limítrofe. “Nadie nos obliga a ayudar, ni a salir al rescate de los que lo necesitan, lo hacemos porque lo llevamos en nuestra forma de ser”.
En estas tres décadas de oficio todos sus gastos han corrido a cuenta de su tarjeta Visa, tal y como dice él no sin cierto sarcasmo, pero desde hace unos años dos entidades apoyan su causa: son la empresa Dingonatura, que le proporciona el alimento de los siete perros de rescate, y la Universidad Rovira i Virgili, que les paga los billetes de avión. Porque no todos miran para otro lado, hay personas que admiran el valor y el coraje de estos rescatistas y saben que merece la pena ayudarles a ayudar.