DISCAN: LA NECESARIA LABOR DE LOS PERROS DE ASISTENCIA
Resulta curioso que, en ocasiones, las mejores terapias tengan mucho pelo, cuatro patas y un afán enorme de humanizar la sociedad. En la asociación DISCAN lo saben bien porque llevan 14 años dedicándose a la preparación de perros de asistencia y a la intervención asistida con animales. El resultado es asombroso y hace cuestionarse por qué un trabajo tan valioso y necesario para tantas personas tiene, en ocasiones, escaso reconocimiento en la sociedad.
Por: ELENA DELGADO
Cuando la fundadora de DISCAN, Meritxel Arias, se topó con el mundo de la asistencia de perros, España era casi ajena a ese universo de interrelaciones asistenciales entre animales y personas, y apenas se habían desarrollado leyes que lo regularan (solo Valencia y Galicia, en 2003).
Era el año 2004 y esta maestra de Educación Especial conoció el trabajo con perros en el Instituto Guttmann de Badalona, un prestigioso hospital de neurorrehabilitación. “Aunque siempre había tenido perros en casa, en el hospital veía que donde los terapeutas no podían llegar con los pacientes los perros sí podían hacerlo”, explica Meritxel Arias.
A partir de entonces decidió formarse como terapeuta y como experta en perros de asistencia y, tras unos años preparando lo que después sería DISCAN, en 2009 fundó la asociación. Por entonces, los únicos perros de asistencia conocidos y aceptados por la sociedad española eran los perros-guía (para personas ciegas). Sin embargo DISCAN ya había empezado a trabajar con ese y con otros cuatro tipos de perros de asistencia, igual de efectiva: para personas con discapacidad física; personas con autismo; perros de aviso (para el trabajo con personas con enfermedades como la diabetes) y perros de señal (para personas con discapacidad auditiva).
Aquel mismo año impulsó y contribuyó a la redacción de la Ley de Perros de Asistencia de Cataluña, a la que solo precedían la gallega, la valenciana y la vasca, esta última redactada en 2007. Siete años después empezaron a aprobar sus leyes Baleares (2014), Extremadura (2014), Navarra (2015), Madrid (2015), Murcia (2015), Canarias (2017), La Rioja (2017), Castilla-La Mancha (2018) y Castilla y León (2019).
PRESTIGIOSA ENTIDAD RECONOCIDA Y ACREDITADA
Desde entonces hasta hoy DISCAN se ha convertido en una reconocida entidad, acreditada por la Administración, y entregada a la tarea de luchar por la accesibilidad de las personas con discapacidad, así como por la accesibilidad de los perros de asistencia y sus usuarios. Los más de 20 profesionales que forman parte de ella seleccionan, crían y adiestran perros de manera personal en un cuidadoso proceso que los convierte en perros de asistencia, cuya misión no es otra que mejorar la calidad de vida de sus dueños.
Adiestrar y formar a un perro de asistencia se prolonga más allá del año y medio, e implica conocer primero a la familia de destino. Los adiestradores llevan a cabo el entrenamiento en sus casas convirtiendo a estos animales en sus propios perros. El coste de la cría y formación ronda los 18.000 euros, un valor que no todos pueden afrontar, por lo que la asociación los entrega a sus destinatarios por 5.000 euros. El resto de gastos los cubren con la ayuda desinteresada de particulares, veterinarios y programas como Dejemos Huella de Elanco Animal Health. Además DISCAN tiene otras líneas de trabajo como la terapia asistida con animales, la formación canina y educación.
“LO QUE MÁS CUESTA ES SEPARARSE DE LOS PERROS QUE HEMOS FORMADO”
A pesar del esfuerzo económico y físico que realizan en DISCAN, para Meritxel Arias lo verdaderamente costoso es el peso emocional que supone la entrega del animal a su nuevo y definitivo dueño. “Después de criarlo, entrenarlo y convivir con él más de un año y medio es un momento muy difícil”, aunque sin duda, merece la pena. Lo que importa es comprobar el enorme valor que para sus dueños -niños con autismo, personas con discapacidad física, enfermos crónicos, etc.- tienen estos perros. Cuando entablan una relación, ya no pueden vivir sin ellos. Entran en sus vidas a acompañarles, motivarles, tranquilizarles, darles autoconfianza y seguridad. No muchos humanos pueden presumir de ofrecer tantas atenciones y tan alto servicio por tan poco.
DESCONOCIDOS Y POCO ACEPTADOS
Aunque los perros de asistencia son cruciales en la vida de tantas personas, Meritxel Arias se lamenta de que la sociedad aún ponga tantas trabas a la admisión de estos animales a cualquier lugar. “Es muy cansado que cuando los dueños quieren subir a un autobús o entrar en un establecimiento tengan que enseñar papeles y dar todo tipo de explicaciones. Si las administraciones públicas hicieran su trabajo -asegura- la sociedad conocería la labor de los perros de asistencia y no tendríamos estos problemas de accesibilidad”.
En su opinión, todo esto pasa porque los ayuntamientos, las comunidades autónomas y, en último término, el Estado, haga su trabajo de sensibilización hacia la educación canina y la tenencia responsable: “Si todos los perros están educados y los dueños cumplen sus obligaciones, se acabarían los problemas de admisión”. En esto, explica Metitxel, España está a la cola de los países europeos. No hay un interés decidido en promover la inclusión plena de los animales de compañía en la sociedad. En este y en otros muchos aspectos del mundo animal, el camino por recorrer aún es muy largo.