ADN CANINO: LA EXPERIENCIA EN MECO
No tengo bolsas para la caca del perro, las bolsas contaminan, la tierra absorbe los excrementos, ¡qué pongan bolsas, que ya pagamos bastantes impuestos! Las excusas de quienes no quieren cumplir con su deber de recoger las cacas de su perro de los jardines y la calles son infinitas. Su actitud perjudica a todas las familias que tenemos perro y que luchamos para que la sociedad comprenda que una mascota educada puede acompañarnos en nuestro día a día. Para acabar con la impunidad de quienes no cumplen con su deber, cada vez más ayuntamientos implantan el ADN canino. Hoy os contamos la experiencia de Meco, el primer consistorio madrileño que adoptó este sistema, que asegura que las calles están un 80 por ciento más limpias.
Por ELENA DELGADO CASTRO
Hace cuatro años que Meco, un municipio de 17.500 habitantes de la Comunidad de Madrid, se convirtió en el primero de la región madrileña en implantar un novedoso sistema censal para los perros de la localidad, a través de su ADN. La pretensión del Ayuntamiento no era otra que atajar el problema de los excrementos abandonados en la calle y acabar con la suciedad de sus aceras. La irresponsabilidad de algunos vecinos en el tan cívico gesto de recoger las heces de sus perros llevó al consistorio de Meco a buscar una solución, casi a la desesperada. Tras meses de estudios y consultas, sus responsables encontraron en la prueba del ADN canino el remedio a sus males.
El sistema es más sencillo y económico de lo que pueda parecer y permite seguir el rastro desde el excremento hasta el animal y, por ende, hasta su dueño, simplemente con un análisis del ADN. Para ello, el Ayuntamiento modificó las ordenanzas para que todos los perros estuvieran registrados en un censo de ADN. Eso implica un único análisis en la vida del animal, con un único coste de 30 euros, y que ha de realizarse en el veterinario. Lo más curioso es que, una vez implantada la medida, el censo canino de Meco pasó de algo menos de 800 perros a un registro de 1.300 canes, lo que avala el éxito de la idea, tal y como explica a Pipper on tour Concha Aller González, responsable del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Meco.
MECO COSTEA EL ADN DE LOS PERROS QUE SON ADOPTADOS
Allí, el ADN canino ha logrado mejorar ostensiblemente la limpieza en las calles de las odiosas cacas, mejorándola en más un 80%: “Al tratarse de una medida disuasoria, que implica una mayor facilidad para poner una multa a los dueños maleducados, la gente se lo piensa dos veces antes de dejar las heces en la calle”, dice Concha Aller. Poco a poco, los mequeros han ido tomando conciencia del sistema.
Cuando el ADN Canino entró en vigor -según explica Aller- se ponían unas 250 sanciones, pero ahora prácticamente no hay multas porque no hay restos. La responsable del Área de Bienestar Animal no tiene ninguna duda: esta iniciativa es buena tanto para los que tienen perro y son dueños educados, como para los vecinos que no poseen mascota y, por tanto, mejora la convivencia y también la imagen de la localidad y las condiciones higiénico-sanitarias y medio ambientales del municipio. Concha Aller aclara, además, que el sistema fomenta la adopción de perros, ya que el Ayuntamiento costea el análisis de ADN de los canes adoptados, y también de los perros lazarillo.
El análisis de los excrementos es sencillo y no excesivamente costoso: la multa cubre el gasto que supone analizar las heces, que son recogidas por un operario del servicio de limpieza, acompañado de un policía municipal. La caja de muestras es enviada al laboratorio, que contrasta la información y comunica la identidad al departamento correspondiente.
UN ALIADO EN LA LUCHA CONTRA EL MALTRATO ANIMAL
Pero, además, con la huella genética el consistorio de Meco se suma a la lucha contra el maltrato animal ya que, en caso de un posible ataque para arrancar al perro su microchip, el censo de ADN preserva la identidad del animal y por lo tanto deja sin efecto la intención del maltrato: “Tuvimos un caso tremendo hace años con un perro maltratado y no queríamos que se volviera a repetir algo así. El método del ADN canino también nos ayudaba con este problema y, por tanto, evitar el sufrimiento animal fue otra de las razones por las que el Ayuntamiento de Meco decidió implantar el sistema”.
Gracias al éxito de la medida en Meco, otras localidades de la región se están interesando por el ADN Canino, como Alcalá de Henares, la segunda ciudad más grande de la región, que hace unos días ha anunciado su implantación en 2020. En España ya hay una veintena de municipios que aplican este sistema.