CACAS DE PERRO: UN PELIGRO PARA LA SALUD
Recoger las heces de los perros no es sólo cuestión de limpieza viaria, sino también de salud. Pocos saben la enorme cantidad de enfermedades que se transmiten a los humanos a través de las cacas de perro abandonadas en parques y calles. Por eso, es fundamental que todos los dueños de las mascotas estén concienciados de que recoger las cacas es vital.
Por ELENA DELGADO CASTRO
Los parásitos se sienten la mar de a gusto en el intestino de los perretes. Y, si no se controlan, pueden transmitir numerosas enfermedades tanto a humanos como a los propios perros, de ahí la importancia de mantener el calendario de vacunaciones y desparasitaciones al día, y la necesidad de recoger siempre (¡siempre!) las heces de nuestras mascotas.
Estas enfermedades parasitarias se transmiten mucho más fácilmente de lo que pensamos, tal y como explica la veterinaria de Pipper, Pilar Orbegozo, del centro veterinario API de Tres Cantos. “Las heces pueden contener huevos de parásitos, quedarse en el suelo y permanecer mucho tiempo en las superficies, sobre todo en la hierba, o en la arena de parques infantiles, playas…”, con el consiguiente riesgo que esto tiene, sobre todo, para los niños o personas inmunodeprimidas, que pueden tocar pequeños restos sin querer.
¿QUÉ ENFERMEDADES SE TRANSMITEN POR LAS HECES?
La giardia duodenalis, por ejemplo, es un protozoo que pasa del intestino canino al humano y provoca un cuadro clínico conocido como giardosis humana, que produce dolores abdominales, diarrea y deshidratación.
Otro parásito peligroso que se puede quedar en las heces y, de ahí, pasar al cuerpo humano, es la toxocara, que produce toxocariosis, muy peliaguda en el ser humano. Según un estudio de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, la larva de este parásito infecta al 80 por ciento de los cachorros en las zonas rurales y al 40 por ciento en áreas urbanas. Y es que un gramo de heces puede albergar hasta 10.000 huevos de dicho parásito.
Pero aún hay otras enfermedades casi imposibles de pronunciar que pueden provocar los parásitos desde los excrementos de los canes en los que habitan: estrongiloidosis, dipylidiosis y equinococosis, todas ellas igualmente peligrosas.
Peor aún es si las heces permanecen largos periodos en el suelo hasta su descomposición, puesto que los huevos de las larvas aún pueden expandirse a través del polvo en suspensión de dichos excrementos, y afectar a los ojos y las vías respiratorias.
Por ello es fundamental tanto recoger las cacas del suelo como desparasitar a la mascota con la regularidad que nos marque el veterinario. Según Orbegozo, cada tres meses por regla general, “aunque esa pauta se puede modificar en función del riesgo que tenga el animal de coger parásitos, como que viva en el campo o transite mucho por él, o bien si el perro convive con niños muy pequeños, casos en los que hay que desparasitar cada mes”.
DESPARASITAR NO ES SUFICIENTE
Pero no podemos caer en la tentación de pensar que con la desparasitación ya hemos inmunizado nuestro entorno ya que, según esta experta, algunos protozoos no desaparecen con los medicamentos habituales que se administran periódicamente, de ahí la necesidad extrema de recoger los excrementos de los perros en las calles.
Los ayuntamientos españoles, preocupados por ello, contemplan sanciones a quienes no cumplen con la obligación de recoger las cacas de perro, pero la realidad es que se ponen muy pocas multas ante la imposibilidad de tener un policía “en cada esquina”. En los últimos años se abre paso, lentamente, un sistema que podría dar un vuelco a la falta de limpieza de muchas calles: varias decenas de ayuntamientos ya han implantado el sistema de ADN canino, un método que implica tomar una muestra de saliva al perro, censar su ADN y multar a los dueños que dejan las cacas sin recoger y que son identificadas con un simple análisis.
No obstante, la llave para solucionar este problema siempre estará en la responsabilidad individual de cada persona, una llave que además abre el camino a una mejor integración de los perros en la sociedad.
