TAG GARROTXA: PERROS QUE AYUDAN A PERSONAS

Cuando alguien cuenta que su trabajo logra arrancar una sonrisa desde la más profunda apatía, no puede ser un trabajo más. Tag Garrotxa esconde una historia de terapias asistidas con animales llena de motivación y entrega, un pequeño proyecto que nació sin grandes pretensiones en esta comarca de Gerona (La Garrocha) y que hace un inmenso trabajo en centros ocupacionales, hospitales y residencias de mayores con cuatro perros que son cuatro tesoros.  

Por ELENA DELGADO CASTRO

El coronavirus ha distanciado irremediablemente a Jordi y Montse de decenas de personas que cada semana, antes de la pandemia, disfrutaban de los beneficios de las terapias con sus cuatro perros. Pertenecen a esta pareja afincada en La Garrocha (Gerona), que siempre ha amado a los animales. Una doble motivación -la relación afectiva con los perros y las personas- empujó a Jordi Marín a crear, hace seis años, TAG Garrotxa, un pequeño proyecto, como señala Jordi, que ha conquistado ya el corazón de otras entidades y que hace una inmensa labor por sus residentes.

Centros de día, de mayores, ocupacionales, de personas con discapacidad y hasta hospitales han abierto sus puertas a TAG Garrotxa. Trabajan, con la colaboración de los profesionales de dichos espacios, en programas terapéuticos con objetivos concretos, a través del desempeño de sus cuatro perros, que se turnan en las sesiones. Jordi enfatiza eso de los objetivos, puesto que no se trata de que los animales pasen un rato haciendo compañía a las personas. Se trabaja sobre aspectos concretos, conductas, problemas que sufren las personas, aspectos emocionales, motricidad, atención, memoria, “y nos marcamos unos objetivos que debemos superar, y que nos demuestran que avanzamos”. 

SACAR UNA SONRISA DE LA MÁS PROFUNDA APATÍA

Motiva superar retos, pero también el ver cómo los animales son capaces de sacar una sonrisa de la más profunda apatía, dice. Eso es enormemente gratificante, igual que ver la felicidad que sienten las personas tratadas con estas terapias, explica a Pipper on Tour el fundador de TAG Garrotxa. Otro de los retos que confiesa Jordi es que los profesionales de residencias u otros centros, que desconfían de los animales o que no tienen una buena relación con ellos, acaben entendiendo el increíble beneficio que los perros pueden proporcionar a las personas.

En el otro lado de la balanza están las horas de trabajo, el esfuerzo económico y la entrega que supone esta profesión, y el trabajo en terapias asistidas con animales.  “Es un mundo complejo, en el que también hay muchos fiascos, y que requiere dosis de entrega y trabajo muy altos”, reconoce. Por ello agradece que programas como Dejemos Huella de Bayer (ahora Elanco Animal Health) les den apoyo y sustento, en este caso proporcionando todo el material sanitario para los perros, y que supondría multiplicar el gasto de esta pequeña entidad.

ADIESTRADOS DESDE SU NACIMIENTO

Los cuatro perros de Jordi Marín y Montse Blasco han sido adiestrados prácticamente desde su nacimiento, con más horas y constancia durante el primer año y con un tratamiento especial -y el más importante- en sus primeros seis meses de vida.  Estos canes -un labrador, un golden retriever, un cavalier king charles y un caniche- requieren un adiestramiento basado en dos aspectos: la socialización, que ha de hacerse desde el minuto cero para que se acostumbren a cualquier ámbito y entorno personal; y las habilidades, algo que requiere muchísima constancia, tal y como aseguran.

Cuando la vida vuelva a ser lo que era y la pandemia acabe, TAG Garrotxa estará de nuevo ahí, con todas esas personas que tanto añoran a los terapeutas más especiales con los que nunca hubieran podido soñar: peludos, afables y siempre dispuestos.