PERROS ENTRENADOS PARA EL RESCATE
Cuando hay que dar la talla -da igual si son grandes o pequeños- ellos siempre la dan. Son los más de treinta perros de rescate de ACATH, una asociación sin ánimo de lucro de trabajo humanitario para la búsqueda de personas desaparecidas, de Llinars del Vallès (Barcelona). Os contamos que hacen sus voluntarios, entregados a una causa que aúna el amor por los animales y la ayuda a los demás.
Por: ELENA DELGADO
ACATH nació hace diez años de la mano de cinco amigos y una finalidad: entrenar perros para ayudar en la búsqueda y rescate de personas. Llinars del Vallès ha visto crecer este proyecto, un sueño hecho realidad y en el que hoy día participan más de treinta perros de rescate y 24 voluntarios y guías caninos.
Trabaja en grandes áreas rurales y de baja montaña de Cataluña, colaborando con el cuerpo de Bomberos de la Generalitat en la búsqueda de personas desaparecidas con la ayuda de sus perros, preparados específicamente para realizar esta tarea, “un durísimo esfuerzo que requiere tiempo y dedicación para que el entrenamiento de los perros dé sus frutos”, tal y como explica Ramón Pampín, presidente de ACATH.
Esta asociación es, además, pionera en formación universitaria en adiestramiento de perros de búsqueda y rescate. Realizan cursos de posgrado y especialización relacionados con el adiestramiento, la conducta y los cuidados del perro de utilidad en colaboración con la Universitat de Barcelona y su Institut de Formació Contínua IL3, extendiendo su compromiso con la integración del perro en la sociedad. Pampín está convencido de que la educación de los perros es el primer paso antes de extender la idea de que las personas han de tener una mascota. “Lo principal es que la gente entienda que hay que enseñar y educar a los perros. Cuando se haya entendido eso, abramos la sociedad a los animales”.
ASISTENCIA A USUARIOS CON PATOLOGÍAS
Otra de las misiones de ACATH es el entrenamiento de perros de asistencia para usuarios con alguna patología, sobre todo con epilepsias. “Adiestramos a los perros para que avisen a su dueño segundos antes de que suceda un episodio de crisis. Lo hacen ladrando y moviendo sus patas”.
En algunos casos el entrenamiento va más allá, asegura Ramón Pampín, y permite que los perros, en determinadas circunstancias, puedan acercar un medicamento o un paquete de toallitas o de pañuelos a su dueño. “La dificultad de esta enseñanza -reconoce Ramón- es que el usuario, el que convive con el perro, no es su adiestrador, por lo que tenemos un doble reto: entrenar al perro y formar al usuario”. Posteriormente ambos deberán adaptarse y aprender a convivir.
¿CUÁL ES LA MEJOR RAZA PARA EL RASTREO Y HALLAZGO DE PERSONAS?
Esta es la gran pregunta que siempre le hacen a Ramón Pampín. Sin embargo, él cree que no hay una sola raza de perro que reúna todas las cualidades. “Cada entrenador tiene sus gustos. Lo que importa es que el perro sepa lo que hace”. Sí es cierto que algunas razas tienen características comunes que son muy necesarias en este trabajo, explica este adiestrador, como son la fuerza física, han de ser atléticos, trabajadores, tenaces, con alta capacidad de concentración y sin fobias o miedos ni agresividad. Muchas de estas cualidades se entrenan y, por tanto, a la hora de elegir la raza, “deberíamos contemplar el que se trate de un animal que requiera menos meses o años de aprendizaje -añade- ya que acortar este tiempo también es un ahorro de trabajo y dinero”. Eso sí, en este mundo, nunca hay que tomarse el trabajo de los perros como si estuvieran en una competición canina. “No están en un campeonato, ni vamos a dar un premio al perro que llega minutos o segundos antes que otro al objetivo”.
MUCHAS DOSIS DE ENTREGA DESINTERESADA
Este experto en adiestramiento no oculta la entrega que este trabajo requiere por parte de los voluntarios, los cuales han de costearse cada gasto que surge desde que se adquiere el perro, el entrenamiento y el cuidado físico y sanitario de sus animales. “No es una decisión de un fin de semana. Trabajamos durante años para que los perros lleguen a trabajar como lo hacen”.
La única ayuda económica con la que cuentan es la de la empresa Caniescola (centro de Adiestramiento Canino de La Selva) creada por el propio Pampín, así como una pequeña subvención del Ayuntamiento de Llinars del Vallès. Además, desde hace un decenio el programa Dejemos Huella de Bayer (ahora Elanco Animal Health) costea la desparasitación externa e interna de la treintena de canes de ACATH, una enorme aportación que para los asociados de ACATH “es un reconocimiento al propio trabajo”.
Ramón se lamenta de la falta de apoyo y el escaso reconocimiento que en España tienen los perros de salvamento y recuerda cómo en otros países el trabajo de los perros está ya interiorizado. “Europa contaba con los perros ya desde las guerras mundiales, especialmente la segunda, en labores de rastreo y búsqueda de personas, y eso quedó en sus culturas, sin embargo, en España este hecho no se ha producido y, por lo tanto, no hemos interiorizado la trascendencia que para el hombre tiene el trabajo de los perros”. Contrasta con esta falta de reconocimiento social la preparación de los adiestradores en nuestro país que, en opinión de este experto, es muy buena y debemos valorar los excelentes profesionales en adiestramiento canino y preparadores que tiene España.