CAMPIÑA SUR DE BADAJOZ

Sur de Badajoz con perro

En noviembre de 2024 completamos nuestra ruta extremeña de cinco semanas en el sur de Badajoz, con una incursión en la denominada Campiña Sur, cuyos municipios principales son Azuaga y Llerena. Nos alojamos en un hotel pet friendly de cuatro estrellas y visitamos un par de museos y la Ciudad Romana de Regina Turdulorum.

Nuestro campamento base fue la Hospedería Mirador de Llerena, un estupendo hotel de cuatro estrellas abierto en un palacio del siglo XIX que ha sido ampliado para dotarle de más habitaciones, spa y piscina. Luego os contamos más de este alojamiento que admite mascotas hasta 30 kilos.

CIUDAD ROMANA DE REGINA TURDULORUM

A diez minutos en coche de Llerena, en el municipio de Casas de Reina, visitamos el yacimiento arqueológico de Regina Turdulorum. Esta ciudad romana vivió su apogeo hace veinte siglos y hoy podemos recorrer los cimientos de la trama urbana. Destaca la estructura de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el teatro. En las fotos podéis verme posando en mitad del graderío. Este teatro, que tenía capacidad para mil espectadores, se empleó hasta el siglo IV.

Regina Turdulorum se encuentra en mitad del campo y con el silencio que aquí reina es fácil imaginarse el lugar abarrotado de público y a los actores en el escenario con las máscaras típicas que los romanos empleaban en sus puestas en escena.

Los perros educados podemos circular atados por todo el yacimiento y olisquear entre los restos arqueológicos. Los humanos disponen de paneles y de audios explicativos que pueden escuchar en su propio móvil para conocer el significado de las piedras que tienen delante, pero a mí me basta el olfato para saber que esto que piso en una de las fotos es la losa de una vía urbana, o que los restos que tenemos a los lados son los conductos del sistema de alcantarillado de las viviendas. Sí, aquí pueden verse claramente las cloacas, el entramado urbano, los cimientos de varias casas, del foro y de edificios termales.

Desde la ciudad romana se divisa las ruinas del castillo de Reina, en lo alto de una colina. Una pena pensar que en la construcción de la fortaleza árabe (siglo XII) se usaron materiales provenientes de la ciudad romana. Pero ya sabemos que las civilizaciones se levantan sobre las ruinas de las anteriores. La alcazaba está muy deteriorada, pero a pesar de ello cogimos el coche y en seis minutos nos plantamos arriba.

Lo más curioso de esta atalaya es que si miras al norte, hacia la ciudad romana, divisas la extensa campiña de Badajoz, pero si te giras 180 grados, te encuentras con un paisaje montañoso: las primeras estribaciones de Sierra Morena.

LLERENA

Como os decía, para explorar la Campiña Sur nos alojamos en Llerena. Según te acercas por la carretera verás la imponente torre mudéjar y renacentista rematada por una giralda que pertenece a la iglesia de Nuestra Señora de la Granada (siglo XIV), en el corazón de la ciudad.

Llerena fue sede de los maestres de la Orden de Santiago y del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Y lugar de inspiración de muchos artistas, como Francisco de Zurbarán, que vivió aquí durante diez años y que protagoniza una gran escultura en su honor junto al citado templo. Por cierto, si puedes organizarte, no dejes de entrar para admirar la obra de Zurbarán que exhiben en el interior: Cristo Muerto en la Cruz (s. XVII). ¡Quién pudiera acceder para ver el cuadro…! De verdad, ¡yo me porto mejor que nadie! ¿Nos dejarán algún día acompañar a nuestra familia a la iglesia?

MUSEO HISTÓRICO CIUDAD DE LLERENA

Donde sí podemos entrar atados y formales es en el Museo Histórico Ciudad de Llerena, que se encuentra en el Palacio Episcopal o Casa Prioral (s. XV). Para mí, la principal joya de este edificio está en sus paredes, en las pinturas murales que han podido recuperarse. En las fotos podéis ver un ejemplo con este temible dragón. Datan desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII. 

El museo alberga piezas de orfebrería, alfarería, bordados, cuero… galardonadas en los Premios de Artesanía de la Junta de Extremadura, una exposición de instrumentos y unidades de medidas tradicionales en extremadura, y una amplia colección de obras de miniatura en plomo y pictóricas del artista Vicente Juliá, entre otras.

En el mismo edificio está la oficina de turismo de Llerena, que también es dog friendly. Allí nos hablaron de una de las atracciones turísticas principales de la Campiña Sur: la mina de La Jayona, que ya explotaban los romanos hace siglos. Rápidamente les llamamos, pero nos dijeron que no aceptan perros en las visitas porque hay algunos tramos subterráneos y hay que pasar por una escalera de trama metálica que no es aconsejable para las patitas de los perros. Nos comentaron que se suelen quedar con el animal en la recepción de la mina y que cuidan de él.

HOSPEDERÍA DE LLERENA

Como os decía, para dormir escogimos la Hospedería Mirador de Llerena, hotel de cuatro estrellas abierto en una casa señorial del siglo XIX de aire indiano y que hoy es uno de los hoteles con más encanto de la Campiña Sur. Podéis ver este romántico palacete en la película Jarrapellejos (1988), protagonizada por Antonio Ferrandis y Aitana Sánchez-Gijón.

Es una suerte que en las ocho Hospederías de Extremadura acepten perros educados (hasta 30 kilos y que no sean de razas potencialmente peligrosas). El patio central del edificio es una preciosidad (mirad las fotos) y los huéspedes con perro pueden desayunar y comer ahí con su mejor amigo (y también en la cafetería). El patio está rematado por una espectacular cúpula de vidrio blanca, roja y verde. Subiendo por una escalera imperial llegas a las habitaciones de la primera planta. También puedes subir a la azotea del edificio, desde donde verás la icónica torre que representa a Llerena entre casitas blancas.

Cobran 15 euros de suplemento canino por reserva y día. En las habitaciones ponen cama, bebedero, comedero, toallitas higiénicas y un juguete. Tienen carta y un menú muy bueno para comer o cenar por 20 euros. Sirven platos inspirados en la cocina extremeña.

AZUAGA

También nos acercamos a Azuaga, que se encuentra a 25 minutos en coche. Dimos una vuelta por el centro, pasamos por la Oficina de Turismo y entramos al Museo Etnográfico, abierto en el sótano del Central Cinema, un edificio romántico modernista de hace cien años que se conserva muy bien y que acoge cine, teatro y una sala de exposiciones de obras contemporáneas.

El ayuntamiento aprovechó una antigua bodega del siglo XIX y amplió el espacio para instalar la exposición. El recorrido se abre con una enorme fotografía de un grupo de personas que debió de vivir en la zona a finales del siglo XIX o principios del XX y a partir de ahí pueden verse objetos relacionados con la vida en el campo, la agricultura, el hogar, el comercio… que te hacen pensar sobre cómo ha cambiado la vida en el último siglo (por ejemplo, los juguetes que usaban los niños por aquel entonces).

Merece mucho la pena entrar al museo. A mí me llamó especialmente la atención el collar con pinchos que había en la zona dedicada a la ganadería. Mi olfato enseguida me reveló que debió de llevarlo un perro, y las orejas se me pusieron de punta al escuchar a la guía del museo que se trataba de una carlanca: se la ponían a los mastines que cuidaban del ganado en el cuello para protegerlos de las mordeduras de los lobos. ¡Qué horror! Buena parte de estos objetos fueron aportados por vecinos de Azuaga y su entorno.

Con el susto en el cuerpo nos fuimos a comer a Las Conchas, un restaurante de toda la vida en las afueras que sirve menú y carta. El comedor es muy grande y la comida, casera. Los perros de compañía educados somos bienvenidos en este peculiar sitio: tanto el interior como el exterior del edificio están completamente recubiertos con conchas traídas hace décadas de las playas de Punta Umbría (Huelva).

Tenéis más información sobre Extremadura en la web de Turismo Extremadura. Y más planes para hacer con perro en la sección Destinos de nuestro blog.

Extremadura con perro