SERRANÍA DE CUENCA
La Serranía de Cuenca con perro
Mi juventud y mi carácter piden campo. Quiero correr, husmear y brincar y esta vez lo he hecho en una zona increíblemente sorprendente: el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Dos veces lo he visitado ¡las dos en pleno invierno!, pero aún así, este paraje tiene mucho que enseñar. Los perros podemos pasear sueltos (siempre que hagamos caso a nuestro humano) excepto en la reserva de El Hosquillo, donde no está permitido el paso de mascotas.
Ancha es Castilla y, además, sorprendente. En la Castilla nueva, la de La Mancha, hay tesoros naturales que en el imaginario de muchos viajeros parecería no corresponderle. Uno de ellos es el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, donde he disfrutado de lo lindo en enero de 2020 y, de nuevo, en noviembre de 2022. Está al suroeste de la provincia conquense, cerca de la ciudad y cerca también de otro parque natural: el del Alto Tajo. Los perros podemos caminar sueltos siempre que no molestemos a otras personas y a la fauna del lugar (es decir, siempre que hagamos caso a las órdenes de nuestros humanos).
Conformado por una vasta extensión de pinares, es la accidentada orografía del lugar la que lo caracteriza, con grandes desniveles, hoces, cortados y cañones que esculpen los río Júcar y Escabas, y que proporcionan unas vistas deliciosas del paisaje.
LAGUNAS DE CAÑADA DEL HOYO
No pude recorrer por completo todo el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, pero sí algunos de los principales destinos que regala este paraje. Primero nos acercamos a las Lagunas de Cañada del Hoyo, un monumento natural a media hora de la ciudad de Cuenca, en dirección este.
Imaginaros siete enormes “cráteres” llenos de agua y es lo que encontraréis en este singular paraje. Tres de las lagunas son de acceso libre (Laguna Gitana o de la Cruz, Laguna del Tejo y Lagunillo de Tejo), mientras que las otras cuatro se encuentran en una finca particular, conocida como Siete Leguas, y cuya visita tiene un coste de 2,50 euros.
Recorrimos las tres de acceso público (podéis verlas en mi vídeo más abajo). El terreno kárstico y poroso ha generado estas charcas formadas por la filtración de las aguas subterráneas, que se han colado hasta alcanzar estos enormes agujeros impermeables. Cada acuífero tiene un color. Deben sus tonos cristalinos, turquesas, rosados, verdes y negros a los raros microorganismos que los habitan. Cada laguna parece una ensoñación, asomando entre pinos, arces, sabinas y tejos, como enormes ojos de colores. Así deben parecer desde el cielo, grandes ojos eclipsados por la luz del sol, que las muda de tonalidad según la hora del día.
LA OTRA CIUDAD ENCANTADA: LOS CALLEJONES DE LAS MAJADAS
Volviendo hacia la capital, tiramos hacia el norte y nos adentramos en otra zona de la sierra. Allí nos topamos con el Ventano del Diablo, uno de los muchos miradores del Parque Natural de la Serranía de Cuenca desde el que observar el imponente cañón por el que discurre, serpenteante, el río Júcar. Además de las vistas, este lugar es curioso en sí mismo, pues tiene una enorme perforación de unos 200 metros en la roca que forma un pasadizo abovedado. La leyenda cuenta que el diablo arrojaba al río a todo el que osaba asomarse por las ventanas del mirador, de ahí su nombre.
Un poco más al norte del Parque Natural, a otra media hora de coche, llegamos hasta los Callejones de las Majadas, un entorno que yo ya he bautizado como el primo hermano de la también dog friendly Ciudad Encantada. Eso sí, los Callejones de las Majadas se pueden visitar libremente (sin pagar entrada), ya que son un terreno público. Los visitamos en enero de 2020 y, de nuevo, en noviembre de 2022 para grabar uno de los episodios de ‘Pipper en Ruta’ para TVE.
Al igual que la Ciudad Encantada de Valdecabras, se trata de un paisaje cuyas rocas calizas, erosionadas por el agua y el viento, han creado sinuosos pasadizos que otorgan al monte un aspecto laberíntico de caprichosas esculturas pétreas. Tal es su originalidad que ni el cine se ha resistido a incluirlo en una de sus superproducciones, la saga de 007, concretamente en ‘El mundo no es suficiente’, si bien nosotros, con Cuenca nos sobramos y nos bastamos…
Por cierto, no fuimos capaces de encontrar un solo restaurante o cafetería que admitiera peludos en esta zona rural, por lo que te aconsejamos llevar bocata a las excursiones y cenar en alguno de los establecimientos dog friendly de la capital conquense. Mira nuestra lista al final de nuestra crónica de Cuenca.
DORMIR COMO UN REY EN CUENCA
Acabada la jornada nos alojamos en el Hotel Boutique Pinar Cuenca, al que he vuelto varias veces contentísimo. Este lujo de hotel tiene todo lo que humanos y perros puedan desear para el descanso y el relax: cada habitación cuenta con su propia piscina, jacuzzi, jardín privado, y un desayuno de primera (no habrás visto nada igual) que te sirven cada mañana en tus “aposentos”. Está en Jábaga, a sólo ocho minutos de Cuenca, y en medio de un pinar. Los perros sólo pagamos 10 euros por noche. No hay límite de tamaño ni de número de animales por habitación. Dispone de ocho estancias privadas únicas, a modo de pequeñas casitas independientes, rodeadas de naturaleza, silencio y encanto. Mi humano se quería quedar a vivir allí pero tuve que recordarle lo mucho que nos queda por descubrir. ¡Nos encontramos en el próximo destino!
Tienes más hoteles que admiten perros y pistas de restaurantes dog friendly en nuestro reportaje de la ciudad de Cuenca.