LA CASA DE LOS GALGOS
El galgo es una raza de perro especialmente maltratada. La Asociación Galgos de CaSa lleva 14 años rescatando este tipo de animales y buscándoles una familia. Pipper on Tour ha charlado con su presidenta, Eva Ceballos, apasionada de estos perros, cuyas cualidades formidables les convierten en perfectos animales de compañía. En su opinión “son buenísimos, extremadamente sociables y con una energía súper positiva. Es increíble la capacidad que tienen para adaptarse a cualquier circunstancia social”
Por: ELENA DELGADO
Pocas personas saben tantas cosas sobre galgos y los admiran tanto como Eva Ceballos, a quien conocimos durante nuestra última vista a Cantabria. No es sólo una apasionada de esta raza tan especial de perros. Es que los defiende, los cuida y los protege. Desde hace 14 años está entregada a una asociación en defensa de estos animales que tiene sedes en Torrelavega (Cantabria), Madrid, Barcelona y Valencia llamada Galgos de CaSa. Esta organización es una respuesta al trato inhumano y al uso que algunas personas sin escrúpulos hacen de este animal en la caza, las carreras, las apuestas y la cría indiscriminada.
Su junta directiva se encuentra en Madrid y el peso del día a día lo llevan Eva y Carmen Pulido, además de Antonio Manuz, el educador canino que dirige la residencia de galgos que la asociación tiene en Suances (Cantabria). Una veintena de voluntarios habituales y otros ocasionales les ayudan en este precioso proyecto.
El galgo no es un perro más de caza, explica Eva Ceballos, es un "modo de vida”. Su altísimo valor económico lo convierte, según detalla, “en un instrumento al servicio de las carreras, las apuestas y, por ende, de la cría salvaje, encaminada a seleccionar los mejores entre decenas de camadas de siete o diez crías. Todo ello fomenta el trato brutal y el abandono de cientos de ejemplares cada año”. Ceballos asegura que “aún hoy en España aparecen fosas comunes, galgos ahorcados en el campo o andando desorientados por las cunetas de las carreteras, donde acaban muriendo atropellados”.
DE LA VIDA EN EL CAMPO A LA CRÍA INDISCRIMINADA
Esta cántabra conoce bien a los galgos, porque se ha criado con ellos. “En España había muchas zonas galgueras en Castilla, el norte de España… lo natural es que fueran perros de caza que vivían con la gente del campo, donde se desenvolvían muy bien, y la gente los valoraba mucho por su docilidad, inteligencia y cualidades físicas para cazar”, comenta. Según ella, “el problema del maltrato y el abandono se acrecienta cuando empiezan a fomentarse las apuestas y las carreras porque no se les trata como animales de compañía, igual que las realas, que en ocasiones promueven que se les transporte de manera indecente, permitiendo incluso que algunos mueran, o que haya ejemplares sometidos a entrenamientos monitorizados donde mueren atropellados o por las abrasiones que sufren”.
En Cantabria se ubica la residencia, donde se ocupan de la atención sanitaria y física de los galgos y de su cuidado y rehabilitación total. “Han sufrido tanto que se vuelven inseguros”, comenta Eva. De ahí que necesiten muchos meses de trabajo en lo que a las emociones se refiere. “Hasta que no vemos que están recuperados o que pueden completar la recuperación en un hogar no iniciamos el proceso de adopción”. Cada año rescatan entre ochenta y cien galgos, “pero haría falta más medios para atender a un número mayor”, señala Eva, que echa en falta el apoyo de las administraciones y la concienciación de los ciudadanos. El proceso que llevan a cabo, que empieza con el rescate, no acaba en la adopción sino que, una vez en los hogares, realizan un seguimiento para asegurarse de que están bien cuidados y que se adaptan a pesar de que, según Ceballos, el 90% se aclimata perfectamente.
Y es que, tal y como nos explica esta experta, el galgo no es un perro más. “Reúne unas cualidades hasta ahora desconocidas: son buenísimos, extremadamente sociables y con una energía súper positiva. Es increíble la capacidad que tiene esta raza para adaptarse a cualquier circunstancia social, por más instintivo, brutal y primitivo que pueda ser”
GALGOS EN EL PENAL DE EL DUESO
Galgos de CaSa también desarrolla un innovador proyecto en pro de los galgos, pero esta vez en un ámbito muy diferente al de su residencia canina que permite a dos ejemplares vivir y ser cuidados por presos del Penal de El Dueso (Cantabria). Los servicios sociales eligen a los internos que van a ocuparse de los animales mientras que su asociación decide de qué perros van a ocuparse. El centro ha construido un recinto donde viven los galgos y en donde reciben los cuidados de los internos, previamente instruidos por Galgos de CaSa. Eva Ceballos destaca el beneficio que supone tanto para los animales como para los reclusos, que ocupan su tiempo en cuidar a otros seres. Cuando se celebra la Feria de la Adopción los internos acuden con los galgos y los presentan a las familias. El penal supervisa el programa, del que ya han salido media docena de galgos en adopción. Eva Ceballos concluye con una reflexión que debería servir a cualquiera, en cualquier lugar y ante cualquier circunstancia, no sólo en el ámbito del rescate canino: “Cuando ayudas a alguien que lo necesita, te ayudas a ti mismo”.