OPORTO
Oporto con perro
En junio de 2024 hice mi primera escapada internacional a Oporto, al norte de Portugal. Nos encontramos con una ciudad preciosa repleta de turistas y con una buena oferta de restaurantes y alojamientos que aceptan perros. Recorrimos sus calles empedradas, nos subimos al teleférico de Gaia y disfrutamos del animado ambiente a la orilla del Duero.
Viajamos a Oporto en coche. Podíamos haberlo hecho en avión, ya que la ciudad tiene buenas conexiones aéreas con varias ciudades españolas, pero a Pablo le daba pena tener que meterme en el transportín y pasar por todo el lío habitual que implica coger un vuelo. Así que yo, encantado de ir en mi camita en el asiento trasero del coche bien asegurado con mi cinturón perruno. Viajamos desde San Sebastián e hicimos noche en Zamora, en los apartamentos Alquilaz, que están súper bien.
La verdad es que, si vas en coche, Oporto está bien cerca de España, a tan solo 3 horas y pico de Zamora y a 2 horas de Pontevedra, por poner dos ejemplos.
Fuimos en plena temporada alta, así que los precios de los alojamientos eran altos. Al llevar coche, buscamos una opción céntrica que nos permitiera aparcar en la calle sin tener que pagar nada. Elegimos un hotel súper sencillo (de hecho, no dan ni desayuno), a 15 minutos andando del centro. Es un hotel de dos estrellas que ha reformado sus habitaciones recientemente, así que todo está nuevo. Sin lujos de ningún tipo, pero nuevo. Se llama Hotel Grande Rio. El desayuno lo hacíamos en una cafetería buenísima que hay andado a tres minutos del hotel y que se llama O Fumeiro, en la plaza Marquês de Pombal. Café, yogurt con frutas, pan tostado, pasteles… todo buenísimo. También dan plato del día casero. En la puerta pone que no dejan entrar con perro, pero nos invitaron a pasar sin problema y yo me porté de cine. De hecho, en otros cafés que tenían el cartelito dichoso nos pasó lo mismo. ¡Qué majos los portuenses!
RESTAURANTES QUE ADMITEN PERROS EN OPORTO
Como siempre, lo primero que hicimos nada más llegar fue buscar restaurantes que acepten perros educados en el interior. Y verificamos más de veinte. Los hay para todos los gustos: vegetarianos, cocina portuguesa, informales… En la lista al final de este post también os dejamos alguna cafetería con café del bueno (no hemos puesto el café donde desayunamos porque oficialmente no permiten, aunque ya os digo que no tuvimos problema). Gracias a todos por ser pet friendly.
Recordad que lo mejor es reservar mesa antes y señalar que se va con mascota para que nos guarden la más cómoda, de hecho algunos son locales pequeños y tienen limitado el aforo de animales a cierto número. En Oporto los restaurantes ponen la cifra de perros admitidos en una pegatina pet friendly a la entrada, una gran idea que se podría implantar en España (podéis verlo en una de las fotos de este post).
Muy cerca del hotel teníamos la estación de Metro Marquês, pero nos quedamos sorprendidos al leer que el suburbano no admite perros atados (solo pequeños en transportín), ni en Oporto ni en Lisboa. Y ahora vienen los matices… Por la calle nos topamos con un par de personas que llevaban perro (sí, vimos poquísimos peludos en el centro) y les preguntamos por esta prohibición, a lo que nos respondieron que no hacen caso y que meten a su perro sin problema aprovechando que en las estaciones no hay tornos y que los vigilantes no multan por ello. La verdad es que nosotros no nos arriesgamos y preferimos no usar el Metro.
Dicho esto, si llegas a Oporto en avión verás que la línea que une el aeropuerto con el centro de la ciudad sí admite perretes. Pablo lo vio con sus propios ojos en un viaje que hizo solo a la ciudad unos meses antes. En los vagones tienen una pegatina que dice, textualmente: “Mantener a los perros con correa, y con bozal si es necesario”. La pregunta, por lo tanto, es: ¿Por qué el Metro no hace extensible esta norma a toda la red para equipararse a las principales capitales europeas? El tranvía histórico, por cierto, tampoco admite perros atados, y los buses, idem (solo pequeños en transportín).
UNA CIUDAD PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN RESTAURACIÓN
Oporto es una ciudad preciosa. Se ve que en los últimos años se han restaurado muchos edificios en el centro, que conviven con otros en ruina. Nos llamó mucho la atención este contraste. Paseábamos por una preciosa calle principal con las típicas fachadas de azulejos impolutas y a la vuelta de la esquina nos topábamos con casas que se caían. Pero aún así, la ciudad tiene mucho encanto y vida.
Prepárate para subir y bajar cuestas, y lleva agua para tu perrete. Nosotros paseamos por Aliados y me hice una foto junto al ayuntamiento y su torre del reloj; y nos perdimos por el barrio de Bolhão. A su famoso mercado no se puede entrar con perro, pero, si puedes, asómate un momento y compra en uno de los puestos fruta recién cortada para refrescaros.
Un poco más al sur, a unos minutos de paseo, asómate al hall de la estación de São Bento para ver sus azulejos, que narran capítulos de la historia de Portugal. Si salís y os situáis en la calle Sá da Bandeira veréis, en lo alto, al oeste, la preciosa Iglesia de los Clérigos y su campanario barroco dominando el centro de la ciudad. Nosotros subimos hasta ella (son 10 minutos de paseo) y detrás de ella nos sentamos en la bonita plaza de Lisboa, que es un parque de césped salpicado de olivos. Hay una cafetería y, bajo la plaza, un centro comercial abierto.
En la plaza está la famosa librería Lello, que se vende como “una de las más bellas del mundo”. La visitan cientos de miles de personas cada año (previo pago de una entrada) creyendo que su decoración interior inspiró a J.K. Rowling para su saga sobre Harry Potter, algo que la escritora ha desmentido (parece que reclamó a la librería una parte de los ingresos por las entradas y le respondieron que de eso nada). Los perros no son bienvenidos en el interior (seguramente por la avalancha de turistas que sufre).
TELEFÉRICO DE GAIA
El Oporto no encontramos ninguna atracción turística que admita perros educados, salvo el teleférico de Gaia, así que allá nos fuimos. Hay que recordar que la ciudad (la tercera más grande de Portugal) se sitúa en la ribera derecha del Duero en su desembocadura en el océano Atlántico. Y en la margen izquierda está Gaia.
El centro histórico porteño está declarado Patrimonio de la Humanidad y se desliza cuesta abajo hacia el río. En un bonito paseo llegarás al puerto, una zona súper turística repleta de restaurantes y bares. La verdad es que solo por patear a orillas del Duero ya merece la pena la visita a esta urbe, que en algún momento te resultará algo británica, quizá por la influencia de los comerciantes de vino ingleses que en su día se asentaron en Oporto.
Junto al puerto está el puente Luis I, uno de los iconos de la ciudad. Si lo cruzas andando por la pasarela inferior, en nada te plantarás en el animado puerto turístico de la vecina Vila Nova de Gaia. Esta zona está repleta de restaurantes y bodegas donde se elabora el famoso vino de Oporto (no admiten perros). Nosotros paseamos hasta la estación del teleférico. Pagamos 7 euros por un billete de humano rumbo a la estación superior. Los perros no pagamos. Viajamos atados y no exigen bozal. En cada cabina entran 4 personas. El trayecto es un visto y no visto, pero merece la pena volar por encima de los tejados de las bodegas (el desnivel es muy grande y se te hará aún mayor los días de calor). Las norma del teleférico establecen que el viaje con mascota se permite en las horas de menor tráfico. Nosotros fuimos a las siete y pico de la tarde y no tuvimos que hacer nada de cola (cerraban a las ocho, horario de la temporada alta).
La vuelta a Oporto la hicimos cruzando el puente Luis I por el tablero superior, donde conviven peatones y el Metro. La estructura metálica se alza imponente sobre el río, ofreciendo una panorámica impresionante. En una de las fotos me veis asomado a la inmensidad. Menos mal que no tengo vértigo, jeje.
Junto a la estación superior del teleférico hay un parque con vistas a Oporto a la que acude mucha gente a disfrutar del atardecer.
¡Ah! Si decides no coger el teleférico y cruzar de nuevo el puente por la pasarela inferior, luego tienes la opción de subir al centro de Oporto por unas escaleras junto al puente (nosotros lo hicimos el segundo día y tardamos unos pocos minutos) o coger el funicular dos Guindais, que conecta la ribera con el barrio de Batalha, donde está la catedral de Oporto. En el funicular los perros educados también son bienvenidos (en principio, solo perros pequeños pero seguro que si no hay mucha gente os dejan pasar con cualquiera). El billete humano de ida es de 3,50 euros. En nuestra opinión, no merece la pena, salvo que se esté muy cansado o se tenga problemas de movilidad: ¡mejor subir a pata y quemar calorías!
Una excursión típica es coger un barco que hace un recorrido bajo los puentes del Duero, pero oficialmente ninguno admite mascotas (salvo que se contrate un barco entero), según nos contaron en la oficina de turismo, así que ni lo intentamos. El último día contactamos con la empresa Douro Acima y nos respondieron que “solo se permite perros pequeños que puedan llevarse en el regazo”.
En la ciudad de Oporto no hay playas caninas.
En este viaje aprovechamos para visitar un par de actividades que realizan dos entidades lusas que trabajan con perros de asistencia y pertenecen al programa Dejemos Huella de Elanco (el mismo que nos apoya a nosotros). Estuvimos con DTC Social en un centro de personas mayores y con Ânimas en un hospital que trata a niños con paraplejías. Podéis ver las crónicas respectivas en nuestro blog. ¡Increíble lo que estos colegas de cuatro patas hacen por los humanos!
GUÍA DOG FRIENDLY
COMER CON PERRO EN OPORTO
Aconsejamos reservar, especialmente en el caso de los restaurantes, e indicar que se va con perro para que el local pueda asignar la ubicación más cómoda para todos:
Soundwich. Avenida do Parque, 595. Porto. Tel. + 35 1 91 176 7291
Padoca Vegan Restaurant. Rua Pádua Correia, 261, Vila Nova de Gaia. Tel: + 35 1 22 244 1687
Coupage 51. Travessa de Cedofeita, 51. Porto. Tel + 35 1 22 208 1136
Must Porto. Rua do Almada, 385. Porto. Tel. + 35 1 22 208 2946
Bee Garden (restaurante de comida saludable). Rua do Bonjardim, 724. Porto. Tel. + 35 1 932 846 737
Praça 63. Praça Guilherme Gomes Fernandes, 63. Porto. Tel. + 35 1 22 201 2335
Scarlett Brasserie & Wine Bar. R. de Avis, 10. Tel. + 35 1 932 101 833. Porto
Restaurante Escondidinho. Rua Passos Manuel, 142. Porto. Tel. + 35 1 968 554 392
Alto Porto. Rua de Cedofeita, 333. Porto. Tel. + 35 1 920 112 892
Venn Canteen (vegetariano). Rua Fernandes Tomás, 345. Porto. Tel. + 35 1 22 014 0899
Honolulu Food & Cocktails. Praça de Carlos Alberto, 46. Porto. Tel. + 35 1 915 670 278
Boa-Bao (restaurante asiático). Rua da Picaria, 61. Porto. Tel. 910 043 030
Dona Porto. Campo Mártires da Pátria, 64. Porto. Tel. + 35 1 919 299 695
Na Muche (siempre con reserva previa por limitación de aforo). Rua de Cedofeita, 243. Porto. Tel. + 35 1 917 557 495
Taberna da Gata. R. Vasques de Mesquita, 36. Porto. Tel. +351 939 084 188
Mind the Glass. Praça de Gomes Teixeira, 36. Porto. Tel. +351 913 093 932
Eleven Lab Concept. R. do Ouro, 418. Porto. Tel. +351 910 550 994
Remédio Santo (vegetariano). Rua do Campo Alegre, 553. Porto. Tel. +351 933 535 221
Honest Greens Santa Catarina. R. de Santa Catarina, 184. Porto. Tel. +351 22 976 9310
Honest Greens José Falcão. R. José Falcão, 225. Porto. Tel. +351 913871897
Honorato Clérigos (burguer). R. de Cândido dos Reis 12. Porto. Tel. +351 22 043 7276
NOSHI Coffee & Healthy Food. Rua do Carmo 11, Porto. Tel. +351 22 205 3034
Combi Coffee Roasters (cafetería). R. do Morgado de Mateus, 29. Porto. Tel. +351 914 023 978